Editorial: La carrera no ha terminado

El 17 de enero, pocos minutos después de concluir la ceremonia de los Globos de Oro, los analistas y blogueros daban por liquidada la carrera por el Oscar. "The social network", tras sus cuatro premios de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, estaba destinada a triunfar en los premios de la Academia. Por sorpresa, en los siguientes días, "The King's speech" ganó en los premios del gremio de productores, en los de los actores y, para mayor sorpresa, Tom Hooper venció en el DGA. Una cadena de triunfos que, además, enlazó con las doce nominaciones que la Academia otorgaba a la cinta. En poco más de dos semanas, "The King's speech" había logrado dar la vuelta a los pronósticos y se erigió como la gran favorita a los Oscar.

Lo cierto es que sobre el papel ahora todo parece también sentenciado. Muy curiosa esta percepción cuando, en realidad, hemos sido testigos del cambio de tendencia más rápido en la historia de los Oscar. ¿Dónde quedan todos los triunfos de "The social network"? Estamos hablando de la película más premiada por la crítica en la historia de los Oscar frente a la cinta menos refrendada por la misma. Sasha Stone lo decía hoy claro: desde 1943, ninguna película ha ganado el Oscar al mejor film sin haber ganado previamente al menos uno de estos tres galardones: el premio de la National Board of Review, el de la crítica de Nueva York o el Globo de Oro.
¿Realmente "The social network" no tiene posibilidades de llevarse el Oscar? Todos sabemos que, por supuesto, la crítica no vota en los Oscar, y que los académicos se mueven más por el corazón que la cabeza. Como también decía Sasha, los críticos votan por aquella película que consideran hace historia en el cine, mientras que los académicos votan aquella que más les ha emocionado y, en paralelo, se inventan otro tipo de historia con base en la estadística para dotar de sentido sus decisiones: primera mujer en ganar el Oscar al mejor director, primer guionista afroamericano en ganar la estatuilla...

Pero el peso real lo tienen los gremios, y en esa competencia "The King's speech" arrasa a "The social network". Es algo tan evidente que ni siquiera se permite debatir sobre esto. Pero ahora, permítanme preguntar: ¿Quién esperaba que "Crash" pudiera vencer a "Brokeback Mountain" en 2005? ¿O que Polanski iba a ganar el premio a la mejor dirección en 2003? ¿Y Adrien Brody?

Tendemos a pensar que los Oscar son sólo el resultado de todo lo que se ha ido cocinando en los meses previos. Y estamos muy equivocados. Los académicos están muy influenciados por todo lo que ocurre en la temporada de premios, pero finalmente su voto sólo se orienta en virtud de lo que ellos realmente piensan. A los académicos no les gusta que la gente piense que otros deciden por ellos. Votan y eligen a los mejores, a los que ellos consideran que merecen la estatuilla. La temporada de premios sirve más bien como filtro para que sólo unos pocos tengan opciones reales de ganar el preciado metal.

Hay una evidente favorita aupada por los gremios, cuyos miembros votan (no todos) en los premios de la Academia. Pero también existe una alternativa fuerte y potente que hasta hace muy poco era la rival a batir. Igual que no se puede olvidar lo primero, tampoco lo segundo.
¿O quién pensaba que David Fincher pudiera ganar el pasado domingo el BAFTA al mejor director? Los grandes premios siempre están abiertos a las sorpresas, sobre todo cuando nos encontramos ante el año más reñido de los últimos tiempos. Porque, siendo sinceros, no sería sorpresa que Fincher acabara ganando el Oscar al mejor director ,como tampoco que la propia "The social network" pudiera acabar venciendo en mejor película.

Debemos aprovechar y disfrutar de esta temporada tan igualada, de esta carrera que hasta que no se abra el sobre con la ganadora no tendrá dueño asegurado. Quien dé la carrera por acabada, además de no ser objetivo, no sabe vivir con intensidad esta locura desatada que amamos todos aquellos que seguimos cada año la temporada de premios.
Es la hora de la verdad. La Academia debe hablar.