A pesar de haber desconcertado (por no decir, horrorizado) a parte de la crítica que se ha citado esta semana en Venecia, el último film de Álex de la Iglesia, "Balada triste de trompeta", es una de las favoritas para alzarse con el León de Oro, el máximo premio del festival.
Según EFE, "Quentin Tarantino, no ocultó sus carcajadas en el pase con público y bien es sabida su afición por el cine de género.
¿Será este año el del primer León de Oro de la historia del cine español? Los periódicos italianos aseguran que el director de "Pulp Fiction" quiere a toda costa incluir en el palmarés la cinta de Alex de la Iglesia y, como opción salomónica, podría desviarse el galardón a los actores Carlos Areces y Antonio de la Torre en un año de pocas interpretaciones masculinas destacables.
La otra cinta hablada en castellano, "Post Mortem", parte con el crédito de la prensa especializada, y Chile también se estrenaría con el felino alado, premio que, de hecho, nunca ha pasado por Latinoamérica.
En este caso, tendría el matiz irónico de entregarse un 11 de septiembre, fecha del aniversario del golpe de Estado de Pinochet que recorre de forma fantasmal el cine de Pablo Larraín.
Y también parece bien colocada la otra presencia hispaonamericana: la actriz cubana Yahima Torrès, no como candidata a la Copa Volpi, sino por desbordar con su absoluto protagonismo una de las cintas más "festivaleras": la francesa "Venus Noire", de Abdellatiff Kechiche, probablemente la más profunda y antropológica del concurso.
La recepción más cálida de todo el festival, por contra, se la ha llevado Sofia Coppola por "Somewhere" y no hay que olvidar que es la ex pareja de Tarantino, un arma que puede actuar con cualquiera de sus dos filos. Pero si bien es un filme que merece entrar en el cuadro de honor, quizá un León de Oro pesaría demasiado sobre esta hermosa radiografía del vacío.
Stephen Dorff, como lienzo sobre el que Coppola vierte su minimalista paleta de emociones, estaría junto al italiano Ascanio Celestini de "Pecora nera" y Paul Giamatti, que entró con fuerza a última hora gracias a "Barney's Version", entre los actores más destacados.
Y como mejor director, con permiso de Jerzy Skolimowsky y su brutal "Essential Killing", habría que decir quizá directora, porque Kelly Reichardt convierte en un cuadro itinerante su exasperantemente bello recorrido por el desierto en "Meek's Cutoff".
Así, la Mostra se quitaría la cuenta pendiente con las cineastas, después de ignorar hace dos años a Kathryn Bigelow con "En tierra hostil", año y medio después vencedora absoluta en los Óscar.
El territorio reservado por definición para lo femenino, la Copa Volpi a la mejor actriz, tiene dos clarísimas favoritas: Natalie Portman, que abrió esplendorosamente el festival con "Black Swan", de Darren Aronofsky, y Catherine Deneuve, fantástica en su atípica "vis cómica" al servicio de un excelente filme de distensión, "Potiche", de François Ozon.
Asimismo, modestas perlas como la rusa "Ovsyanski", de Aleksei Fedorchenko, y la griega "Attenberg", de Athina Rachel Tsangari, podrían adornar la melena del León.
Mientras, el cine oriental, ampliamente representado en esta edición, carga con el lastre del cine de acción, en el caso de las cintas de Tsui Hark y Takashi Miike, aunque podría dar la sorpresa con, precisamente, el filme sorpresa: la cinta más relevante que disfrutable "The Ditch", de Wang Bing.
Y teniendo en cuenta que en la Mostra siempre tiene que haber al menos una pedrea para el cine local, a excepción del mencionado premio al actor y director de "Pecora Nera", cualquier opción suena descabellada: "La soledad de los números primos" no ha recibido el beneplácito ni siquiera de la prensa italiana y la presencia de "La passione" en competición es simplemente inexplicable.
¿Qué pasará mañana? Los organizadores dirán que el nivel era tan bueno que fue difícil elegir. Otros dirán que se premió por eliminación. Pero, en cualquier caso, el León de Oro tendrá ya dueño."
11 de septiembre de 2010
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